La joven cantante ahora que regresó a los brazos de Justin Bieber nuevamente, se ha desinhibido bastante, y se le ocurrió hacer una fiesta en su casa, pero con los excesos que abundaron esa noche, el escándalo traspasó las paredes de su residencia, por lo que los vecinos llamaron a la policía.
Los agentes acudieron al domicilio de Selena, y les advirtieron que si no dejaban de hacer tanto escándalo, habría ‘graves consecuencias’.
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